VALE ACLARAR: antes, meses antes de tener mi ticket de vuelo
a NY y la visa que me permitiera un feliz arribo; antes de todo había reservado
mi lugar en el coqueto Café Carlyle para asegurarme una noche inolvidable con
Woody.
Ya en la gran Manzana, más específicamente on the last
night, y minutos antes de que cerrara el Guggenheim, me metí simulando ser una
curiosa visitante (en realidad precisaba las instalaciones sanitarias para
cambiarme y engalanarme para mi gran cita con Woody...) Así, al mejor estilo
Mrs Doubtfire, entré de jean y zapatillas y 15 minutos después salí de vestido
negro y charol...fresca como una lechuga, lista para la gran noche.
Y ahí iba yo jugando a la Neoyorquina, por Park y
Madison en pleno Upper East Side (que vendría a ser la Recoleta de NY). Llegué
al Carlyle Café a las 6pm lista para esperar las 2 horas y media que me
separaban del show (había tenido que cancelar mi anticipada reserva por
cuestiones monetarias, y esperar la buena fortuna de conseguir un lugarcito de
pie); de modo que ahora tenía que hacer la fila como cualquier hijo de vecino
(ojo, hijos de vecinos de upper-east-side/recoleta, eh) y "hope for the
best" para conseguir una banqueta en la barra del pequeñísimo bar.
Bien, abrieron la puerta. Solamente había 6 personas delante
mío, y muy confiada avancé triunfante, pero cuando estaba a punto de poner un
pie en la entrada, el señor de traje que dirigía la cuestión dice "only 6
seats"...y yo, vendría a ser "number 7"!!
#%"%%$/((/=()=/)?()?=fuckkkkkk sería más o
menos la secuencia de mis pensamientos... En lugar de eso, respiré hondo y
pregunté cómo era la cosa. Pues bien, había que esperar un rato más todavía
hasta que empezara el show y se pudiera saber si había lugar para entrar de
"dorapa" (por la módica suma de USD100, ojo! con consumición mínima,
que conste). Pues bien, firme como un soldado me quedé ahí parada al lado de la
puerta. Mientras esperábamos, mexicanos, argentinos, peruanos y demases
intercambiamos anécdotas para pasar el tiempo.
Puntualmente a las 20.45 nos dejaron entrar. Pasando al
dofón. Y mientras estábamos moviendo el pescuezo para intentar pispear algo del
escenario, y yo trataba de meterle mano a los 5 langostinos que me pude ordenar
por UDS 25 (ya que la hacemos, la hacemos bien!), en eso siento un tumulto de
atrás y una vocecita que dice "excuse me, excuse me..."; y ahí nomás,
me doy vuelta, y casi casi me muero, me desmayo y me hago pis, todo junto! Un
pequeñito Woody pasando por al lado... OH MY!
Y bueno, lo que siguió después fue la magia de viajar, de
salirse de uno mismo, de alejarse para arriba, mirar la escena y querer
pellizcarse para confirmar que esto está pasando... (is this really
happening?") Aquí y allá turistas fervorosos y fanáticos rabiantes aplaudiendo
cada nota, tomando cada ángulo posible, todos queriendo atestiguar la noche que
pasamos con Woody. El show terminó puntualmente como estaba anunciado a las
22.15; y me fui a buscar mi calabaza, con una sonrisa que nadie nunca será
capaz de quitar. Ahí estaba yo, engalanda de pies a cabeza, con mis langostinos
en el little café de USD100 atesorando el anhelado encuentro con Mr Allen
1 comentario:
¡Qué bueno! Y alo sabía pero leerlo está muy bueno
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